Son aproximadamente las 4.30 am del 7 de junio, cuando decidí levantarme a escuchar ese ruido relajante que hacen las hojas de los árboles, deteniéndome en ese olor a aire de día nuevo que ofrecen y escribo por que he decidido quien quiero ser.
Aunque clarísimamente ya me conocéis por mi nombre de pila Claudia, pero llega un momento en el que indicar las horas y fechas son importantes. Porque muchas veces, como solían decir, la diferencia entre un sueño y una meta, es la ausencia o la presencia de una fecha límite.
Y teniendo en cuenta que no hay nada completamente erróneo, incluso un reloj parado da la hora cierta dos veces al día, a mis cero y diversas cifras de edad que colecciono he decidido quien quiero ser, no está nada mal.
Me aventuro a decirte que esto no se trata de un texto de Mr. wonderfull, sino algo relacionado con mi Pink Power Ranger interior del que os hablaré también más adelante.
Simplemente para que no te acomodes, coge fuerzas y energía y juguemos tal y como te proponía en mi primer texto, donde ahora te lanzo la pregunta:
¿Para qué?
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