Categoría: La mujer de rojo
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Soplo
Llegada a este estado, donde no sé qué es lo que padezco ni qué son esos pájaros que diluvian dentro de mi corazón, permanezco sentada escuchando la ternura de un desierto que ha sido resucitado por la primavera. Y cojo tus palabras, esas palabras tuyas, porque son tuyas, y las sello sobre mi alma. (Es…
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Cataclismo
Escena I Algo sucede…y algo ha sucedido, pero ahora no quiero este paisaje. Necesito un paisaje sin armas. (Cogió su pistola). Necesito ruiseñores con las alas abiertas, que nada tiemble. ¡Oh tiniebla… huye! Escena II Entre cuatro paredes hay una batalla de deseos e intenciones. Todo es invisible. Ojalá pudiera retener los primeros sentimientos y guardarlos en…
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Conflicto pasajero
¿Qué es lo que navega por las cabezas pensantes que en el camino del olvido se recuerdan olvidar? ¿Se recuerdan? Me pregunto si en su espacio aún queda la vibración de lo que fue un suspiro. Me pregunto si en esa frecuencia queda algo de lo que llamamos «amistad». Pues mi amor desinteresado tiene más…
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El viento que trae cenizas
Siento que se me caenlos cabellos.Que me pesael pecho. ¡Cosedme los párpados!Porque no veo otra formade impedir que estalleesta tormenta de sangreque llevo sobre los ojos. No encuentra palabrasmi locura, en esta horamaldita, para expresarel dolor de este zarpazoen mi granada, sustitutadel corazón. No quiero sentir la tierrapor encima de mí, sinhaber ardido en tullama…
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In memoriam
Cuando veo tu cuerpoalgo dentro de mí respiraal pulso de tu aliento. Pues tu pecho esfuego para mi calma,y tus manos… una palomablanca que se hundeen mis profundos labios. Levanta la cabeza ymira este cuerpoque yo te entrego. Tú y yo, y el ahora,en este cuerpo desnudo.“Tuyyo”, sin límitesy sin barreras. Para tu boca.Para mi…
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A mi mamá, sin literatura
Mamá, aprovecho esta bonita oportunidad para decirte que te quiero, mucho, y que valoro enormemente todo lo que has luchado y sigues luchando. Por nuestra familia. Por nosotras. Gracias por confiar, por creer que todo saldría bien y por ser tan valiente. Saliste adelante con una hija y tus 18 años. Esta actitud tuya de…
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El rojo de sangre ajena
Tú no lo sabes, pero el rojo que viste la mujer se esconde en la inspiración de su conciencia. La suya, la de él, eterna respiración y profundo mar en calma. Eterna. La vida palpita más fuerte en aquel efímero cuerpo del escritor de los años 20. El rojo. El de la mujer, que no es…
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Primaversa
He venido a desnudarme porque hoy no me importan las miradas verticales. Hay luz y puedes verme, aunque desconozco si ésta proviene de la bola brillante o de los mordiscos de luna que doy cada mañana desde la palma de mis manos. Pero ya no importa. ¡Hay luz! Mi piel da la bienvenida a tu…