Estoy intentando crear de la melodía de las olas arremetiendo contra la arena, una suave sonata que me acompañe en este texto. Porque si no juro que no escribo.

En serio.

Me ha costado la vida abrirme paso a machetazos en mi mente adormecida por Mahous, Estrellas Galicias y rones Barcelós (en Málaga está siendo difícil encontrar Arehucas).

El caso es que mientras Laura se echa tremenda siesta en la arena, mi cabeza reposa en su glúteo derecho y mi familia mantiene alto el listón, tres casas más allá, de drinking vacacional y fiesta caótica, me pienso si quizá, puede ser, sería probable, si esta fuera la semana de 2023 con más razones para saltarse la escritura.

Pero no. Qué narices.

Vamos a ponernos intensos como suelo hacer semanalmente. Ya lo siento. Os jod*eis.

No he podido esta vez evitar pararme a pensar en un joven David, hace un año exacto, que contaba con ansiedad a su amiga Jéssica en una playa de Málaga la situación que estaba viviendo. Nada le iba especialmente mal, pero sí que sentía que no tenía el control de su vida, en un trabajo que parecía no avanzar, y con varias áreas personales estancadas. No tenía ni puñeterísima idea del cambio drástico que iba a dar todo en apenas unos meses.

Cuando digo que no tenía ni idea, es que literalmente pensé que no había salida. Así es la ansiedad. Te aprieta y te mantiene en un zulo oscuro donde no ves agujero de salida.

Escuchaba exactamente el mismo sonido relajante del agua impactando contra la arena. Sentía exactamente la misma suave brisa acariciándome la cara.

Pero no eran, no son, la misma persona.

_

Pausa para mear.

Y, ya de paso, pausa también para robar un botellín de la neverita, teniendo cuidado con el corazón de Bad Bunny.

_

Serias dudas tienen las nubes en custodia compartida con el sol.

Mando cartas optimistas al pasado, dando fe de cambios en la vía a paisajes verdes y frondosos. Aunque el camino hasta aquí ofreciera poco más que siluetas negras y sombras borrosas.

Ya no sé nada del chico gris.

Ojalá esté bien.

Sí, no.

Seguro que lo estoy.