Buenas tardes, soy la madre de Caillou.
Lo primero es dar las gracias a la señorita Aurora por invitarme a dar esta charla sobre crianza consciente. Sé que estáis expectantes dado que es un niño prodigio. Y sé también que me odiáis. Por eso quiero contaros la verdad.
Todo empezó en la consulta del neurólogo a donde llevamos a Caillou por su evidente macrocefalia cuando tenía 23 meses. Allí le midieron, le fotografiaron, le pasaron test de inteligencia en incluso le leyeron el ADN. Al parecer sólo tenia el cerebro un poco hueco. Nos dieron el alta y nos pidieron permiso para llevar su caso a un congreso. Luego tocó ir al dermatólogo por su alopecia. Y veinte cremas después seguía igual que un canto rodado. Nos recomendaron ponerle una gorra de colores y crema solar por si la gorra no le tapaba toda la cabeza.
Su padre y yo, desesperados por tener un niño tan feo y cabezón, comenzamos a ir a terapia. Grupo de padres que no soportan a sus hijos. Allí coincidimos con otra pareja con la que congeniamos enseguida. Tenían un hijo con el pelo naranja y superdotado al que odiaban profundamente porque no hacía más que ponerlos en evidencia. Se llamaba Teo.
Comenzamos a quedar las dos familias. Pero al final quedaba yo sola con la madre de Teo y los dos niños. Ya sabéis, los hijos con problemas son cosa de madres.
La madre de Teo, a pesar de ser muy conservadora y tener un gusto nefasto para el vestir, se convirtió en mi mejor amiga y confidente. Era ¡tan sabia!, ¡tan paciente! Había llevado a su hijo por toda España para saciar las horribles ansias de aprender de Teo. También a museos, a zoos, a esquiar, a montar a caballo e incluso a la tele.
Fue en ese capítulo, digo libro, digo día. Fue en ese día cuando la suerte de Caillou cambió.
Les habíamos acompañado al plató y un productor se fijó en Caillou (supongo que fue por «la gorra») y vislumbró una serie infantil de éxito sobre un niño feo pero encantador, con quien millones de niños se podrían identificar. Le hicieron una prueba y resultó que se comía la cámara. Ahí empezó su carrera como niño de la tele. Yo haría de madre odiosa.
El padre de Caillou quiso volver conmigo, para ser famoso, claro, pero no cuajó como actor. Le echaron por feo y cabezón. Contrataron a otro chaval que lo hace estupendamente. Así que a quien veis en la tele conmigo es un actor que no tiene ni idea de criar hijos.
Pero ese el paripé, porque en realidad con quien yo follo es con la madre de Teo.
Deja una respuesta