Zapping #2: Rompeclichés

Suerte de secuela de Zapping #1. ¡Léelo primero! (O no, si no te apetece. Pero te vas a perder un guiñito gracioso que te hará soltar un «Jaja» efímero).

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— ¡Maldita sea agente Morrison, está demasiado metido en este caso como para continuar con él!
— ¡Pero es mi caso inspector Philips!
— ¡SE ACABÓ! No me queda más remedio que mandarle un mes a casa. Entregue su placa y su pistola.
— Pero… Ehm… ¿Son una especie de vacaciones pagadas?
— Me ha obligado usted.
— No, no, comprendo. Lo hace por mi bien, buenas tardes.
Procede a buscar en su móvil billetes de tren a Santaella.

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— ¡Bueno! Pues ya estamos en esta lúgubre mansión que alquilamos por Airbnb. ¡No puedo esperar a pasar todo el fin de semana contigo, mi amor!
— Pero, cariño, las paredes están sangrando, y a esa muñeca le está dando vueltas la cabeza, y todos los cuadros del salón nos están mirando fijamente…
— ¡Pues entonces nos vamos a toda hostia de aquí! ¿Tu madre sigue dejándonos las llaves del cortijo en Antequera?

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Una pareja a priori heteronormativa, precioso él, preciosa ella, se chocan en una concurrida calle de Nueva York en vísperas de Navidad mientras cae la nieve delicadamente (no os preocupéis, mágicamente ambos hablan en perfecto castellano). Se miran a los ojos y surge una chispa…
— Vaya, perdona que la moleste, señorita, pero es usted bellísima.
— ¡Oh! Pues, gracias… Podría decir lo mismo de usted, caballero…
Ella se sonroja tímidamente. Él sonríe de manera nerviosa.
— Perdona que no pueda quedarme más tiempo a hablar, pero llego tarde a una ópera en el centro.
— ¿Bromeas? ¡Me encanta la ópera! Aunque hace más de dos meses que no voy a ninguna… Desde aquél encuentro de los Patriots contra los Mi…
— ¿Miami Dolphins en Enero de este año? ¡Vaya, que de cosas tenemos en común!
— ¡JA, JA! Si, ¿verdad? Es una lástima que no busque una relación romántica con nadie en estos momentos, que no me gusten los hombres y que me encuentre maravillosamente bien estando sola después de un brutal desengaño con mi exnovia.
— ¡Ah, no te preocupes! Yo huyo del acto social con cualquier tipo de forma humana, y vivo estupendamente en el sótano de mi madre sin tener que rendirle cuentas a nadie, mientras trabajo en un importante puesto informático para el gobierno estadounidense.
— Bueno pues entonces ya nos veremos por ahí ¿No?
— ¡Por supuesto! Encantado de conocerte.
— ¡Igualmente!

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— Bien, pues ésta es la casa. Como pueden ver, es apta para parejas con previsión de tener niños, ha sido reformada recientemente y es muy luminosa.
— ¡Nos encanta! Si pudiésemos entrar a vivir cuanto antes estaríamos encantados de quedárnosla.
— Lo único que tiene, y debo serles sincero con esto, es que hace un año murió una familia entre estas paredes en extrañas circunstancias casi sobrenaturales. A día de hoy todavía no se ha resuelto el misterio.
— Bueno, pues seguimos mirando entonces. ¿Tienen alguna casa no-maldita por el centro?
— ¡Por supuesto! Tengo la ideal para ustedes, síganme.
Y la joven pareja vivió felizmente en la casa ideal de la que hablaba el vendedor sin molestar a ningún fantasma o espíritu vengativo.

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— ¡UN ASTEROIDE GIGANTE SE DIRIGE HACIA LA TIERRA A UNA VELOCIDAD VERTIGINOSA!
— Ya, pero vivimos en Mazarrón, no en Washington.
— Ah.
— Sí.
— Que susto, ¿no?
— Por casi.
— Pues… No sé, ¿te apetece un Taco Bell?

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— ¡Cómo me está gustando la visita guiada a los laboratorios de especies super radioactivas y peligrosas! Sacaré algunas fotos de las arañ… ¡AY! Me ha picado esa mierdecita pequeña de color verde fosforito. Pues paso de ir al hospital, seguro que me da superpoderes alucinantes.
Aparece la Muerte con la guadaña y un pin en la capucha que pone «el ejercicio mata, paga Netflix»
~ Desde luego la selección natural está haciendo bien su trabajo.

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Un partido de fútbol de jóvenes promesas. Los comentaristas lo están dando todo.
— Este niño es una auténtica maravilla Antonio, cómo regatea, cómo centra, cómo chuta. Es una auténtica gozada verlo jugar.
— ¡Totalmente de acuerdo! ¡Si sigue así, en seis meses podríamos verlo fichando por un equipo de primera, Florentino!
— No, no creo. Estamos en España.
— Ah, cierto. Pues entonces alguien debería bajar a decirle a su padre que no merece la pena saltar la valla e ir a pegar al árbitro.

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— *Apaga la televisión, enciende una chimenea y una pipa, acaricia a su San Bernardo que duerme plácidamente al lado de un butacón mullido donde se sienta, abre un periódico, respira profundamente y lee concentrado el anuncio de un Opel Corsa de segunda mano con la correa de distribución recién cambiada.* —

Una respuesta a “Zapping #2: Rompeclichés”

  1. 👏🏻👏🏻👏🏻

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