Toda la vida recibiendo avisos de mi camino,
y yo ignorándolos.
Toda la vida recibiendo pop-ups, correos, notificaciones,
cartas certificadas, llamadas, SMS, mensajes por WhatsApp y Facebook.
Y yo dándole a la X, cancelar, borrar, ignorar, eliminar.
Desactivar notificaciones.
Yo pidiéndole a la vida explicaciones,
de por qué esto, lo otro y lo de más allá,
por qué otres si y yo no.
La vida tratando de llegar a mí,
y yo tratando de quitármela de encima.
Ahora de repente me he encontrado con la vida
y estoy recuperando archivos y leyendo todo lo desechado.
Restaurando el sistema.
Ahora te entiendo, Vida.
Gracias por tu insistencia.
Por no tirar la toalla.
Por creer en mi cuando ya te daba por perdida.
Gracias por quererme mientras yo te maldecía.
Gracias por aferrarte a mi cuando yo quería arrancarte
y sacarte de en medio, pasarte por encima…
atropellarte, apalearte, insultarte, escupirte y asesinarte.
Tú me amaste con locura mientras yo planeaba tu final.
Gracias Vida.
Ahora te entiendo.
Ahora te miro.
Ahora respiro.
Ahora
empiezo a apreciarte.
Deja una respuesta