Salida 9B

Suena el despertador, las 5:40. Estoy inmensamente feliz de la aventura que nos espera. No todos los días se viaja a Mallorca y menos con una gran amiga, con tu mejor amiga. Un mensaje de WhatsApp, «ya estamos llegando». La veo con su pelo rizado al fondo, una maleta de mano, un bolso e igual de nerviosa que yo aunque trate de disimularlo.

Ponemos rumbo al aeropuerto, aún es muy de noche y tenemos sueño, pero que nos quiten lo bailao, nos merecemos estas vacaciones juntas. Llegamos al tramo de la M-40, seguimos en dirección recta, el vuelo sale a las 7:10.

Salida 9A…no, salida 9B. Vemos como el aeropuerto tan cercano empieza a desaparecer ante nuestros ojos. La rabia, los nervios, la velocidad lenta y la poca esperanza para llegar a subirnos a aquel avión nos comienza a crispar de verdad.

Las 6:50, bajamos corriendo, una carrera de fondo, parecemos la familia McCallister cambiando el aeropuerto de NY por el de Barajas. Control de seguridad, son las 7:00 y aún estamos en cola. 7:09, una chica llorando, no hay vuelo y nos quedamos en tierra.

No pasa nada (realmente sí pasa pero no queremos que cunda más el pánico), conseguimos otros billetes por un ojo de la cara dos horas más tarde, así nos da tiempo de ponernos al día en algunos avances que ha habido en nuestras vidas.

9:15 siguiente vuelo, desayuno tranquilo, más palique. Las 8:50, instrucciones agrias por parte del personal en una recepción, control de seguridad y prueba de explosivos que provoca que nos separemos. No encuentro a mi amiga hasta pasados dos minutos. Cogemos un ascensor y me mira a los ojos «no vamos a mirar el reloj».

De nuevo, carrera de fondo, otro déjà vu, nunca unas chanclas me dieron tanto juego; las 9:10 y quedan muchos metros. Giro la cabeza a punto de partírmela, mi amiga está más atrás recogiendo su bolso, porque ha decidido que era el mejor momento de romperse.

Las 9:13, puerta de embarque destino Mallorca, «no pasa nada, ya estamos aquí». Botes de gel metidos a piñón. Nos estaban esperando y la de la puerta de embarque nos tranquiliza. Mi amiga tiembla y yo más, le enseña su pasaje y abre la boca «Es que hace dos horas hemos perdido el otro vuelo». La mujer la mira, seguro pensó «y casi perdéis este también».

Por fin, sentadas, cinturones abrochados y una voz al fondo «es que hemos perdido el otro vuelo», la chica que lloraba está sentada en nuestra misma fila de asientos. A partir de ahí solo recuerdo mi estómago contraerse de tanta risa y deshacerme de todo el nervio acumulado.

10:40, hola Mallorca, por fin. Nunca recibimos una bofetada de humedad tan ansiada y agradable.

Una respuesta a “Salida 9B”

  1. ¡Menuda aventura! Y eso que las vacaciones no habían empezado.

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: