Lanzar la moneda y asomarse a la fuente
esperar, con la ilusión de un niño
la dispersión de las ondas
admirar el agua desde la superficie
indagar, con la curiosidad del alquimista
escrutando el fondo.
Tener la fe de encontrar algo
que fluya sin esfuerzo
como manantial
que brota espontáneo,
como quien pide un deseo
y confía en que aparezca
solo por creerlo, invocarlo.
Que se presente ante ti
por arte de magia
y desvele sus secretos,
el impulso creativo
la inspiración
la maravilla.
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