Esa tarde de Nochebuena, el recuerdo de Navidades pasadas me transmitió
el deseo de abrir el álbum de ese entrañable recuerdo. Sin querer perder la sonrisa, mientras las miraba iba recordando la escena de cada imagen, pero tan fácil en mi
terminé emocionándome. Al poner mi mano en la siguiente hoja sentí que llamaban
a la puerta;aquellos toques llegaron a mis oídos como una dulce melodía.
_ Ellos no pueden ser, llevan llave. Al asomarme por la mirilla vi a alguien desconocido
pero que me transmitió la plena confianza para abrirle; tras ello le hice pasar sin tituveos, ofreciéndole asiento y algo calentito.
_ Aunque veo los adornos, siento que te falta algo. Le contesté sin vacilar.
_ Creo que añoro demasiado las Navidades pasadas. Mirando hacia el álbum contestó.
_ Comprendo.Estábais todos juntos, eras una niña. Te resultaba todo mágico.
¿Recuerdas el árbol de la placeta, el de las bombillas de colores? Os pasábais parte de la tarde jugando cerca de él. Emocionada, miré a mi invitado con ternura,
_ Cada Navidad me acuerdo de aquel árbol. Siempre pensaba en el siguiente día para correr a su alrededor y gritarle mi deseo para el nuevo año.
_ Lo sé. El espíritu Navideño alimentaba tu ilusión, solo había que verte la carita para darse cuenta de ello.
¿ Recuerdas como cantábais en aquellos días hasta quedar afónicos? Profiriendo una corta risita contesté.
_ Lo recuerdo tan claro como este mismo día. Papá y Mamá decían, va a llegar los días señalados y no vamos a poder cantar, nos mirábamos y rompiamos a reír al unísono.
_ Así es. Esos cuatro pequeños cantando, correteando, riendo, y ellos felices de veros.
¡Es lo que tiene el espíritu Navideño!
_ Recuerdas a ella cocinando con lo mas bien, poco que tenía. Sonriendome me guiño.
¡A mi parecer, se las ingeniaba de maravilla!
_ ¡Ya lo creo! Ninguno pasábamos por alto felicitarla por su creación, y mientras hincábamos el diente a lo que nos parecía un manjar,Papá y Mamá nos preguntaban qué le íbamos a pedir a los Reyes Magos. La ilusión de la carta a sus majestades los Reyes Magos de Oriente. Mágica noche de nervios, de no dormir, e incluso escucharlos y apretar más los ojos para asegurarnos de que así, si nos dejarían los regalos.
Por supuesto se les dejó algo para ellos y los camellos.
_ ¡Importante detalle, ese! Ver vuestras caritas tras esa noche, no tenía precio.
El gesto de su mano como acompañando un compás, me extrañó.
_ ¡Oh, disculpa! Estoy visualizando esos momentos en los que bailabas con tu Padre.
Se que mis ojos tomaron un brillo especial _ ¡Era maravilloso! Se que no me equivoco si te aseguro que era él quien mantenía nuestro espíritu Navideño vivo.
_ No, no te equivocas. Creo que esa es la razón por la que deberías seguir viviéndola como entonces. ¿No crees? Mirando su reloj me dedicó una sonrisa. Debo irme, aun me quedan hogares que visitar. Recordar Navidades Pasadas es entrañable, tanto como vivir y disfrutar las Presentes y mirar con gran optimismo las Futuras. ¡Feliz Navidad María!Poder conversar contigo ha sido por lo que sientes en tu interior. Cerrando el álbum miré hacia la puerta por el sonido de la cerradura; cayendo en la cuenta de que mi invitado ya no estaba.
_ Mamá no quedaba lo que nos has encargado, hemos traído algo similar.
¡Por cierto, con quien hablabas, te hemos sentido!
_ ¡Seguro hablaba sola, lo hace a menudo!
Ellos me miraron algo extrañados por mi momento de lapsus, tras unos segundos me dirigí a mi marido. _ Por una vez te daré la razón. Él rió. Miraba el álbum de mis Navidades pasadas junto a mis padres y hermanos, y expresé mis pensamientos en voz alta.

Dirigiéndome hacia la cocina comencé a cantar un villancico, la estrella del árbol de Navidad emitió un parpadeo más intenso;ambos se miraron algo extrañados.
Teniendo presente mis Navidades pasadas, pasé una Nochebuena fantástica en muy buena compañía.
Si el Espiritu Navideño llama a tu puerta, invítale a pasar. ¡Felices Fiestas para todos! Un gran abrazo.