Empecemos por el final.

Estaba muerta. Bueno, a punto de morir. Llego su hora y ella con esas pintas. Nadie le había preparado para ese momento. Nadie le había contado si dolería o no.

¿Recordaría el momento en que su cuerpo se sumergió en el descanso eterno?

¿Recordaría la última cara que vio?

¿El último beso que recibió?

¿La ultima sonrisa que brindo?

¿Recordaría la última lágrima que derramo o tal vez su motivo?

Las últimas palabras suelen ser importantes pero no sabía si quedarían selladas para la eternidad. El último suspiro sería vacilante y tal vez nadie lo escuchó.

Ya era demasiado tarde. Tarde para darse cuenta de que cada detalle cuenta, cada gesto marca, cada historia se graba.

Para ella ya era tarde.