Esto no es un poema,
no hay métrica,
no hay ritmo
ni siquiera hay tiempo.
No hay objeto percibido,
no hay recuerdos, hay presente,
tan vacío como este poema,
que no es tal.
Hay un sujeto sintiente
y afirma que su soledad
se sostiene en el vacío
de este no poema.
No hay palabras que prendan la imaginación,
como una mecha,
que haga arder el pensamiento,
e incendie por completo mi ser.
No hay llama que desvele mis noches,
tienda en ascuas mi cuerpo a merced del deseo
y su estela incandescente perdure luminosa
a través de las sombras.
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