Nunca me ha gustado el chocolate,
así que no entiendo cómo me gustas tú.
Que tienes el corazón lleno de paciencia.
No está roto aunque lo creas.
Es un veterano de guerra.
Que cuida de sus flores.
Que miras como luces,
Como luciérnagas entre los árboles,
abrazas y te derrites.
La dulzura es una droga.
La ternura de unas nubes de azucar
en un beso que pide sexo lento,
en un gracias sincero,
en las sonrisas que no se rinden
donde la bondad no se agota.
Se me hace la boca agua si pienso en comerte.
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