(Realizar en una postura cómoda, sentado o tumbado, con la espalda recta).
Cierra los ojos. Toma aire por la nariz en una inspiración profunda, retenlo un instante y suéltalo poco a poco. Repítelo dos veces más. En cada inspiración, nota cómo se oxigenan tus pulmones limpiándose, llenándose de vida. En cada exhalación, siente cómo sueltas todas las tensiones acumuladas, cómo tu cuerpo se libera de toxinas, pensamientos, molestias. Déjalo reposar en el suelo como si fuese un instrumento que has usado demasiado tiempo y necesita reponerse, cuidarse. Respira con normalidad, centra tu atención en el movimiento de tu vientre al recibir y expulsar con naturalidad ese aire que viene de tu pecho, como un regalo que recibes con gratitud y devuelves con generosidad. Agradece a tu cuerpo que te acompañe y te lleve, que te alimente y te permita sentir tantas emociones, conocerte a ti mismo, relacionarte con los demás y percibir el mundo. Dibuja una sonrisa en tu cara y expresa tu felicidad.
Imagina que emprendes un viaje maravilloso a ese lugar que te haría inmensamente feliz, imagina que coges el medio de transporte que quieras para dirigirte a ese lugar en el que te encantaría estar, te hace mucha ilusión ir. Visualízate allí. Mira a tu alrededor, observa todo lo que hay, las personas, objetos o animales, el paisaje. Todo es fantástico, te hace sentir genial. Acércate a algo que llame tu atención y tócalo, percibe su textura y sus rasgos, qué placer te produce. Huele el ambiente, ¿reconoces algún olor en particular? Te apetece comer algo, saboréalo, ya sea dulce o salado, frío o caliente pero es algo típico de ese lugar y te apasiona. Escucha con atención los sonidos, quizás son voces, música o ruido, tal vez es el silencio. Percibe todos los detalles de tu entorno y observa qué ocurre, cómo te sientes. Haz lo que te apetezca, interactúa con las personas que te encuentres, déjate llevar. Disfruta de tu experiencia. […]
Cuando te apetezca puedes ir despidiéndote de todo lo que has visto y conocido en tu lugar favorito. Siente la alegría y satisfacción de lo que has vivido y observa cómo te sientes. Trae contigo ese recuerdo y regresa en tu medio de transporte elegido. Vuelve a tu respiración, a tu cuerpo, que vas moviendo lentamente, dedos, pies y manos, piernas y brazos. Haz una inhalación y exhalación profunda. Y cuando quieras abre los ojos.
(Como ejercicio puedes escribir tu experiencia).
Deja una respuesta