Cuenta una vieja leyenda
del principio de los tiempos:
árboles, hombres y bestias
pactaron un acuerdo.
De la tierra serás señor,
nosotros te abasteceremos.
Nada te habrá de faltar
tan solo habrás de protegernos.
Tu raza prosperará,
nosotros os serviremos
con respeto y con amor,
en equilibrio perfecto.
Los viejos árboles daban
al hombre sabios consejos,
madera para sus casas,
y leña para el fuego.
Pero la codicia envenenó
el corazón de los hombres
que anhelaba poseer
más de lo que necesitaba.
El árbol enmudeció,
ya con el hombre no hablaba.
Las bestias huían de él,
ya no se sacrificaban.
Una maldición cayó
sobre la raza de los hombres:
si no cambiáis vuestro corazón
el hombre destruirá al hombre.
Deja una respuesta