Parar, callar, mirar y sonreír

Parar:

para seguir avanzando,

seguir profundizando

y apartar a tantos

que vienen empujando,

que llegan gritando

que ¿qué estás haciendo?

Que te estás equivocando,

que mejor rectificar

y que ellos saben, sin duda alguna,  

qué es lo mejor para ti.

Callar:

para seguir dialogando

con tu yo más profundo

y seguir aprendiendo,

leyendo entre líneas

de ese ruido ostentoso,

hallando, en sereno silencio,

la cura contra el veneno,

contra la absurda premura,

tributo a una impuesta locura

en disfraz de cordura.

Mirar:

hacia atrás, sin anhelos,

besando heridas, sanando.

Lo hecho, hecho está. Avanzando.

Dibujar, en papel, tus monstruos

para quemarlos después

y recuperar todo el poder

que una vez les fue dado.

Hacia adelante, sin miedo:

pude una vez y otra vez puedo,

pisando, firme, en mi vuelo.

Y sonreír:

porque todo lo puede una sonrisa:

arco iris de mejilla a mejilla,

barcaza a la que nada hunde

y a la oscuridad confunde

e ilumina el camino:

el que ha de pisar los pies

y aquel que el corazón sigue.

Forma de amor generoso,

clave para cambiar el mundo

trazado en una simple curva

3 respuestas a “Parar, callar, mirar y sonreír”

  1. Precioso eso de: «..una sonrisa: un arcoíris de mejilla a mejila…»

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  2. Gracias compañeros testarudos!!!
    Un abrazo!

    Le gusta a 1 persona

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