Fui a mi pasado y he vuelto a mí.
Todo lo que ves fue mío y por eso está destruido.
Necesitaba espacio para poder crecer y ahora me salgo.
Los caminos borrados.
La maza con el mango roto.
La cabeza dura y bien alta.
Los puños sangrando.
Aún no he cubierto el foso
por incertidumbre.
Es tarde para tirar los caimanes
por el váter.
El cariño muerde fuerte.
El tiempo lo sabe.
Sabemos a caramelo y a hierro.
La lengua y los labios rajados.
Dos precipicios resistiéndose a ser la caída.
Un principio.
Somos.
Fuimos.
Obreros que se quedaron sin presupuesto.
Los pilares de un puente entre dos ciudades.
El terremoto.
Nunca te iré a buscar porque sé dónde y cómo estás.
No espero que vengas porque sé que aún no te vas.
Despedida procedente
2 respuestas a “Despedida procedente”
-
-
Ver los pilares bailando puede ser incluso más bonito.
Me gustaLe gusta a 2 personas
-
Deja una respuesta