Tumba de agua y sal,
cementerio de la esperanza.
Entre el horror y la indiferencia
navega la desesperación
en barcos de papel mojado
contra la cruel tempestad de la ignorancia:
la consentida, la malcriada
de la mentira abanderada,
versión oficial que abomina
de la humanidad, de la vida misma.
Mientras, los gritos se ahogan,
las almas se agitan,
hundiéndose en profunda noche;
extraños corales de hueso.
¿Dónde están la sal y el agua
de tus lágrimas, cegados ojos
de la desidia que aprendieron
a mirar hacia otro lado?
Apaciguan sus conciencias enfermizas
poniendo, de por medio, tierra
a los que una tierra, de promesas,
pisar en vida, le han negado.
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