Aún no ha sonado el despertador y ya está alguna mosca o mosquito
dando por saquito.
Te vienen a despertar porque sin ti no pueden vivir.
Es de ese amor empalagoso y asqueroso,
una vez que te huelen ya está,
contigo hasta la muerte. Literalmente.
Y desde luego, cuanto más se pegan,
más la Muerte buscan.
Se mueren de amor por tu olor.
Te pones a cocinar y te vienen a vigilar.
Te sientas a comer y te vienen a joder.
Te vas a cagar y…
Y como te quieras echar la siesta lo llevas claro,
Genaro, menuda fiesta.
Y por si no tuvieran suficiente,
tienen la desfachatez de sobrevolarte,
rozarte, tocarte, levantarte el pelo, revolcarse en tu oreja
y … lo mejor…
posarse en tu mano delante de tus narices.
¡ZAS!
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