Estar enfermo o con algún impedimento físico es una oportunidad que no se puede dejar pasar para ampliar nuestros límites.
Suena raro, lo sé, pero me explico:
Ante la situación sobrevenida de no poder utilizar un brazo caí en la queja absurda, he de reconocerlo, aunque no esté muy orgulloso de ello:
- Es que no puedo escribir al ritmo al que imagino…
- Es que al ir más lento se interrumpe el flujo de mis ideas…
Y así con una interminable ristra de “esques”.
Rebelarse contra algo que está fuera del alcance de lo que puedes modificar es la mayor de las estupideces, de la inmensa colección que atesora el ser humano, y no por ello dejamos de hacerlo. Y yo el primero, como supremo gilipollas.
Menos mal que dentro de mi gilipollez, me he venido trabajando ya durante cincuenta y dos años y, aunque un poco tarde, me termino dando cuenta de lo estéril de algunas quejas y las entierro junto al soplagaitas ese que todos llevamos dentro, que se entretiene en victimizarnos y repartir nuestra culpa entre el destino, los hados, la mala suerte y otros tantos animales diversos.
¿Grandilocuentemente te decías hace poco que eras pleno y que podías morir hoy mismo sin tener remordimiento alguno ni sensación de algo por hacer, y ahora, por un bracito fracturado, te me quejas y lamentas?
Anda y que te den por culo, Ed. Acepta, asume, aprende y avanza.
Escribo con una mano. Tengo dormidos los dedos pulgar e índice de la mano derecha hace tres semanas. No sé si podré volver a tocar la guitarra o el sitar pero lo acepto. Me quedan miles de cosas por aprender. Podré hacer música con otro instrumento y cambiaré mi forma de escribir porque el flujo de mis pensamientos ya no irá tan rápido hacia el papel. Descubriré otras sonoridades, tanto en esos nuevos instrumentos, como en el papel, ahora tañido con más pausa. Quizás necesitase más silencios en mi fraseo y esta situación me lo ha venido a recordar.

Será todo diferente pero:
¿Acaso cada día que te levantas no eres otro yo?
¿Qué más da si hoy tengo un brazo inutilizado y ayer no lo tenía?
Anda, Ed: Deja de quejarte y publica esto ya.
Deja una respuesta