Si pudiera desandaría
el camino andado
mientras sigo avanzando.
Desaprendería toda la ignorancia
que me hizo creer sabio
aprendiendo de mi estupidez.
Lloraría todas esas lágrimas
que contuve en un dique
hecho de apariencias
y sellado con ajenas expectativas.
Besaría hasta gastar mis labios
y mi lengua fundiría en silencios
hasta dejar de oír mi voz,
hasta que sólo sepa escuchar.
Incendiaría mi pecho con la pasión
que acalló la cordura, la razón, la compostura;
corazón, piedra, dura.
Y reiría a carcajadas
mientras, cabeza abajo, me clavan
al poste de la hoguera.
Me quemaron por brujo
sin saber de mi magia.
Aún puedo ser yo
a pesar de mí.
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