Tanto tiempo dudando,
tantas excusas vanas,
tantas mentiras complacientes,
tantos miedos confortables.
De las nubes te derribaron
y clavaron tus pies en el suelo;
¡Para los soñadores los sueños!
¡Eso no es de gente de provecho!
Mataron demasiado pronto al niño
y condenaron a muerte al hombre,
vagando tan ocupado por la vida
que olvidaste su don más preciado.
Sigue, a un día gris,
otro día gris, y otro,
y otro más, y tantos,
en un desfile sin fin.
Máscara perfecta
de sonrisa perfecta.
Heridas cubiertas
y dolor disfrazado.
No defraudas a nadie,
siendo como creen que eres,
mientras más profundo mueres
repitiéndote que es demasiado tarde.
Deja una respuesta