Disimular es mi mejor virtud. Sólo se me nota por el aura que irradio, el buen humor que tengo y ese brillo en los ojos tan atractivo a juego con la media sonrisa perenne en el rostro.
Ir a un karaoke a mi edad no es algo para ir contando.
Paso la semana eligiendo canciones para chillar con el alma en la boca.
Para jugar a ser lo que de verdad soy, una exhibicionista frustrada.
Una cobarde que recurre a las letras de otros para poder decir aquello que es secreto.
Lo que sólo se puede cantar.
Deja una respuesta