Yo, que he vivido tantas vidas y no he sobrevivido a ninguna. Siempre mirando hacia atrás por si venía alguien con la fuerza y puntería suficientes para llevarme por delante, desconfiando de casi todo el mundo. Avanzando a trompicones mientras sentía que no era yo quien decidía cuantos pasos dar a cada momento. Así no se puede vivir, no es sano, el nerviosismo y la rigidez acaban por incrustarse en tu cuerpo, haciéndote sentir cada vez más la inflexibilidad de un corsé de plástico duro. Sin embargo, siempre he sabido morir muy bien, con cierta dignidad, sin lamentos ni aspavientos. Supongo que es el consuelo que nos queda a quienes, como decía mi abuela, somos fichas de parchís en una partida trucada.
Ojo al dado…
Una respuesta a “Ojo al dado…”
-
Me suena ese inicio. Lo has llevado francamente bien, enhorabuena.
Me gustaLe gusta a 3 personas
Deja una respuesta