Redes. Sociales, una tortura moderna que imita la tortura de la gota de agua, sólo que aquí la persona recibe un goteo constante de unos y ceros en su cabeza que acaba haciendo brecha, para seguir repicando en su cerebro, hasta que sólo quede una masa uniforme y moldeable, lista para entrar al horno del capitalismo.
A partir de ese momento, estos esclavos modernos quedan subyugados a la tiranía de la perfección visual, quieren la manzana más redonda de la tienda, el color más naranja que exista o el filtro de imagen que más les tape la realidad más evidente, olvidando poco a poco que lo mejor de cualquier producto está en su interior.
El sistema nos quiere como carcasas vacías, con un tapón para poder ir purgando los productos consumidos en favor de nuevas expectativas de felicidad que nunca llegan a ser ciertas. Tendrás la mejor casa, comerás en los mejores restaurantes, ganarás millones con un trabajo donde no hay que trabajar. Imágenes de una vida perfecta presentadas en una pantalla de máxima resolución que tiene mal ajustado el contraste con la realidad.
Esta en la mano de cada cual despertar y hacer una barricada de libros para defenderse, antes de que el sistema fagocite los términos de la rebelión para tergiversarlo y venderlo como propio…
-Ramírez… ¡RAMÍREZ! ¿Dónde están los informes que le pedí hace media hora?
-Ya va jefe… Puto lunes.
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