Taquilla inversa

Pienso
en las veces que preguntabas
si te quería.
Tantas
como las veces que tú me respondías
que así mi amor correspondías y decías:
Qué bonito
nuestro amor de escaparate,
mientras yo hacía mil disparates
sólo por verte sonreír.
Rápidos
caían tus brazos de mi cuello
cuando solos quedábamos tú y yo
y el público salía del teatro
donde ahora solo quedaba el retrato
de una realidad de un oscuro gris.
Se apagaba
el brillo de tus ojos,
la dulzura de tus besos
que ahora eran esquivos.
El lecho se partía en dos
como en dos multiplicaban las distancias
y el vacío entre los dos.
Todas las palabras fueron vanas
cuando se perdieron las ganas
de luchar por un amor de atrezzo
y escribir, en vez del fin, un nuevo comienzo.
Nunca supe cuál era mi guión,
ni cuales las reglas del juego.
Las candilejas iniciaron el fuego
que todo lo arrasó.

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