Hablar de estar emcionad@s ante la idea de este nuevo mes. El comienzo de un todo, que hace uno mismo, pero, nos guste más o menos, marcado por nuestras creencias y no por nuestros talentos. ¡Qué lástima!
Contexto y entorno que marcan un mapa ficticio durante décadas y al parecer, sólo en nuestra edad adulta, algunos nos damos cuenta.
He vuelto a escribir con boli y papel, no sé cuánto me durará, (a veces me siento tan envuelta en este ritmo frenesí). Tengo mi nueva agenda, mi primera semana organizada por colores; con la ilusión e intención, que a mitad de año no se vuelva una escala de grises.
Escribo mis movidas, porque son mis movidas las que tengo que vivir. Con algo de suerte podrás verte reflejad@ o sentirte ayudad@. Y oye, yo encantada.
Atrás dejo los chiringuitos de playa, la mar y sus olores, para saber que, en mi septiembre, unos nuevos hábitos formarán parte de mí. Ser quien quiero ser.
Septiembre tiene que dar paso a decidir, ¿qué quiero desayunar todos los días? Tu puedes elegir, pero nos enseñan tan poco. Sólo el miedo al fracaso por si caes en el error, ese mismo, que, a mi parecer, no es más que el mero hecho de tomar decisiones en sus diferentes versiones.
Para ir terminando, sólo te diré, que mi texto tiene prosa, poesía y la vida misma en la que decido cambiar de hábitos, vida-profesión. Una declaración de empoderamiento que a much@s nos falta, y no por gusto.
Café, deporte, viajar, coaching, mindfulness y emprendimiento son algunas de las palabras que me han acompañado en mis atardeceres.
Sólo me queda preguntarte, ¿si me acompañas en este nuevo mes y los que quedan?
Deja una respuesta