En las fotos no se aprecia mi cara dura.
En la mirada, miles de caras.
Uno de los brillos, solo tuyo.
Me he pasado cuatro paradas de metro
de mi destino.
Nunca me ha gustado el verbo volver.
—Vuélvete, deja que te vea.
Bueno, ahí sí.
Agrada quien te espera;
no quien hace retroceder.
Guardo un plan de huida
y las puertas abiertas.
Tranquilo.
No he estado sola
aunque lo haya creído.
Estoy contigo si quiero que estés.
Me despistaré pensando en alguna de tus risas
y acabaré en Callao caminando
si quieres que esté.
Pasarlo bien,
dejarnos ver
y solo entonces ser.
Ser el momento;
convertirnos en recuerdo.
Deja una respuesta