Ni oírme puedo con tanto ruido.
Ya no oigo mis pensamientos
con este murmullo constante.
Nada consigo ver
a pesar de tantas luces.
Nada sé, con tanta sabiduría a mi alcance
No hallo el camino,
con tantos dedos señalando.
No me sacian tantos manjares
ni apagan mi sed tantos brebajes.
No sanan mi espíritu los sueños
ni descansa mi cuerpo la noche.
¡Callad!
Escuchad la palabra verdadera;
la palabra de la lluvia y el trueno,
la del río corriendo hacia el mar
para conversar con las olas,
la del viento entre las ramas,
la de las aves en forma de canción,
la de las flores y la hierba, creciendo.
Verde color de esperanza,
nuestra única esperanza:
un hogar verde…
y azul.
UBUNTU
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