Haciendo inventario he notado la falta de algunas cosas más, como por ejemplo que me falta un tornillo. No se me ocurre dónde podría haberlo puesto.
También he observado que en alguna ocasión perdí los papeles, con lo organizada que yo soy..
He perdido peso, lo encontré, lo volví a perder, me encontró y desde entonces estamos muy unidos. Probablemente este sea el motivo de no haber perdido nunca el apetito.
La cabeza la he perdido tantas veces que no tengo claro si funciona correctamente.
Con lágrimas en los ojos he registrado todas las batallas perdidas, aunque he contado pocas guerras.
No se si me quedará algo por perder, porque con el paso del tiempo he ido perdiendo la memoria.
¡Ah! Que nadie se asuste pero creo que, con esto de perder cosas.. es muy probable que haya perdido el norte.
Deja una respuesta