Amaxofobia (fobia o miedo a conducir un vehículo)

No tienes que hacer nada, recuérdalo bien. Nada. Estate quieta. No cojas el móvil, no escribas con segundas intenciones. Nada. ¡Nada!.

No planees, no imagines. No, no, nononononooooooo

No hay pastilla que lo consiga por ti  ni psicólogo que te ayude a lograrlo.

Eres tú contra ti. Todo el tiempo. Es momento de dejar de luchar.

Ya te pasó en tu juventud, y ahora te vuelve a pasar. Ya has hecho muchas terapias, demasiados cursos Has rellenado cuadernos con citas y con consejos. Has escuchados a los sabios y a los influencers esotéricos.

Has visto series de televisión con distintos finales. Series de terapias, de héroes malditos y de filósofos. Pero tú no vives en la tele.  Ojalá.

Lo siento. Estás sola. Soooola. Solísima con esto.

Y va a peor. Sientes el sudor en las manos cuando conduces y aparecen los primeros síntomas. Miras nerviosa a ambos lados y cuando menos te los esperas desaparece la tierra a la derecha y aparece el abismo. Te sudan tanto que las vas quitando alternativamente del volante y las apoyas sobre el aire acondicionado del coche para que se te enfríen. Recuerdas que te han dicho que te fijes un objetivo en la distancia y no mires a los lados. Pasan lo coches a tu lado y vas despacio, muy despacio, pero ellos te acosan igual. Giras el volante y el coche responde con  intensidad no controlada. Bandazo y el agujero del estómago aumenta. Más sudor. Te imaginas la subida de una montaña rusa en un abismo. Subes sin sujeción y vas mirando a los lados donde está La Nada. Y despiertas y es una curva sobre un viaducto y sientes que sigues recto y te caes sin fin.

Ehhhh. Para.

Escúchate por un momento. Te estoy hablando y no me escuchas.  

Quietaaaaa.

No pongas esa playlist. No hables de ello.

Todo es un desencadenante. Todo te conduce a lo mismo.

Hiberna. No hagas. No pienses. Solo respira.

Silencio. ¡Shhhhhhhh!.

Después de haber puesto tu vida en ello, deja que la misma vida pase a tu alrededor y haga algo por tí. Déjate llevar. Suéltalo.

No escribas, no propongas, no imagines, no repases, no veas fotos.

Así. Ya está.

Tranquila.

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