«Mi hermano vomitó en los deberes después de cenar, profe». Esa fue la primera mentira que recuerdo en mi más tierna infancia. Ni siquiera tenía hermanos, era hijo único, pero aquella “Muñeca Repollo” que nos daba matemáticas no tenía por qué saberlo. También se me murieron cinco o seis abuelas con distintos profesores, varios perros que nunca tuve se comieron muchísimos deberes, desde las partes de una hoja hasta divisiones con decimales. Todo lo que he conseguido en la vida lo he logrado mintiendo. A veces mentía simplemente por no decir la verdad, aunque fuera una mentira neutra, por ejemplo si me rompía la ropa jugando al fútbol decía que había sido porque me había caído de un columpio o que el pantalón de chándal de había enganchado en una valla; otras veces mentía por la adrenalina, aunque eso lo fui sabiendo en la adolescencia. Ahora estoy escribiendo desde mi despacho de una empresa energética. Por supuesto logré este trabajo mintiendo en la entrevista de trabajo y en el currículum. No importa lo que seas, solo importa lo que aparentes ser. Yo, según mi currículum, tenía ADE y un MBA realizado en Londres. La verdad es que no me saqué ni bachillerato, pero las pocas veces que he necesitado demostrar que tenía tal o cual título siempre he tenido a gente que los falsificaba por cuatro perras. Escribo esto mientras espero en el citado despacho a que venga un cliente mío que es una persona bastante influyente e importante en la vida política. Me dijo que gracias a nuestro acuerdo tenía la intención de llevarme con él a la vida política. No sé exactamente en forma de qué, para eso viene hoy. Me haría mucha ilusión, creo que esa siempre ha sido mi verdadera vocación. Deseadme suerte.
Deja una respuesta