Me perdono:
—Por todas aquellas veces que pasé por alto lo que yo quería.
—Por obligarme a poner una sonrisa en un día triste, y no escuchar lo que mi corazón latía.
—Por intentar, y mucho, agradar y buscar fuera lo que ya tengo.
—Por no cuidar mi cuerpo y luego decirme cosas feas al espejo.
—Por esconder mi enfado y no expresar lo que me importa por ahorrarme una disputa.
—Por sentirme culpable por ser yo misma, como si por ello tuviera que pedir disculpas.
—Por compararme y querer ser perfecta, como si ser yo no lo fuera, como si tuviera que ser o saber de todo y bien para que valiera.
Y por eso mismo me perdono, porque equivocarse también me completa, y porque ahora que lo veo me tengo en cuenta.
«Perdonarse» —cuenta.
Deja una respuesta