Los ángeles se cortaron las alas porque, para cuidar de nosotros, necesitaban tener los pies en el suelo.

Ahora muchos buscan quien los proteja para poder seguir teniendo miedo.

Él no la encerró para su protección, sino para la propia.

Piénsalo y sintamos miedo.

Desátame y me abriré.

Suéñame.

Cuando los ojos se cierran, las puertas al infinito se abren.

Ayúdame a hacer volar los pájaros que tengo en la cabeza.

Quítame la escopeta.

Muchas aventuras comienzan con personas dispuestas a correr el riesgo.

No me dispares en los pies.

Por favor.

Que solo me acompañen los locos porque nunca les dejaré solos.

Que caminen a mi lado los que conocen cuánto me freno y han frenado.

La chica de mañana será libre por todo lo que estamos peleando hoy.

Sabemos cuidarnos solas.

Más esperanza.

Menos demonios.

No lo espero, pero sí lo quiero.

Más deseos deseo.