Siempre me detengo en el título

Ya tengo rato viendo parpadear una lucecita roja en mi celular, recordándome que hay que cargar la batería. Me gustaría más que fuera una luz verde, con una notificación tuya.

Eres tan amargo.

No sabía que me gustaba lo amargo.

Tu voz tan grave, como me encanta.

¿Cómo puedes conocer a alguien y sentirte atraída sólo por haber escuchado su voz?

¿Qué tan real es la atracción por la persona en sí y no por la idealización?

¿Qué tengo que hacer?

Dejar de contarte mis situaciones diarias por más simples que parezcan… Aunque esto iría en contra de mi sensación latente de querer compartirte todo.

Por las mañanas, quiero saludarte, quiero contarte el recorrido hacia el trabajo, quiero hacerte saber que me encanta mirar los árboles, sus texturas, sus formas, sus colores, sus olores… ¡Qué me siento feliz de vivir tan cerca de un parque!

Por las madrugadas cuando el insomnio me invade, quiero decirte: ¿Podemos hablar un rato? Sólo para disipar ese tren de pensamiento…

No obstante, sólo se queda en el puro titulo.

Porque cuando pienso en como nombrarlo, todo se elimina, todo se fragmenta, todo se rompe…

Se rompe como esa taza que avente alguna vez mientras lavaba los trastes, después de un día rotundamente caótico.
Ahí, parada en la soledad… Diciéndome una y otra vez: «Todo estará bien».

Con dudas, Lua.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: