No quiero vivir remando,
prefiero morir nadando.
Encadenado a mi remo,
el ritmo van marcando
con rumbo predestinado.
Todos a una, remando,
la Galera sigue avanzando.
Marca el tambor los movimientos,
ni entiende, ni sabe de sentimientos.
Maderas impregnadas de lamentos,
del otro lado fluye el agua, fluye el tiempo,
aquí siempre el mismo momento
que cada golpe va repitiendo.
No quiero vivir remando,
prefiero morir nadando.
Mi pecado fué nacer libre
donde ser libre está penado
pues no sirves la Gran Nao
formando parte de un todo,
sintiendo que no eres nada.
Romperé las cadenas que me atan,
saltaré al río de aguas bravas,
nadaré hasta alcanzar la orilla
y remontaré hasta las mismas fuentes,
allí donde todo nace,
allí donde todo mana
y beberé del origen de sus aguas.
No quiero vivir remando,
prefiero morir nadando.
Volveré a nacer, volveré a ser libre
aunque me vaya la vida en ello.
Prefiero morir nadando
que, en vida, morir remando.
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