Hoy me fuí a andar y me agaché para estirar
cuando cambié de pierna me resbalé con una piedra.
Después de un baile de equilibrio
finalmente me caí
y una pierna entró en un agujero que no estaba ahí.
Hacía frío y humedad
y un escalofrío me erizó
y me secó la garganta.
Intenté salir
y la otra pierna también entró.
Intenté salir
mientras miraba la paz de los árboles
los pajaritos cantando
y mi cuerpo cayendo irremediablemente.
El agujero se iba abriendo para dar paso a mi cuerpo
a ese frío vacío
que me iba atrapando.
Cualquier movimiento
iba en contra de mi voluntad.
Quería salir y entraba.
Quería agarrarme y me soltaba.
El sol me calentaba plácidamente.
Una lágrima cayó lentamente.
Me rendí
y dejé de resistir
Cerré los ojos.
Cuando los volví a abrir
un señor me preguntó
¿se encuentra usted bien?
Miré a mi alrededor,
estaba tumbada en el camino
agarrando una piedra.
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