Ahí estaba ella con esa sonrisa…
-¿Cómo puedes estar siempre tan feliz?-le preguntó ella.
Cris no respondió de inmediato, sabía que Rebeca no estaba preparada para la respuesta.
Algunas personas pueden tener todas las soluciones y aún así convertirlas en problemas.
Cris respiró hondo y miro a la mujer que una vez amó.
No era su trabajo responder o tan siquiera ofrecer explicaciones. Ya no.
Ella solo estaba sonriendo y aquello capturó alguna emoción que se escondía detrás de su dura fachada.
-Déjame aportarte más felicidad- ofreció ella finalmente, al no obtener respuestas.-
Rebeca no había entendido nada después de todo este tiempo.
-Mi felicidad o mi tristeza no dependen de ti, no desde que conseguí soltar ese anzuelo.
Mi felicidad proviene de algo más profundo, más duradero.
Proviene de mí.-
Deja una respuesta