Cumplí mi promesa.
Te llevé en mi mente.
Allí donde estuve,
siempre tú, presente.
Recordé todo lo vivido
lo que fue
lo que iba a ser.
Tras pasar el tiempo,
de todas las compañías
te seguía eligiendo a ti.
«No hay olvido»
decía la canción.
Aún quería llevar
tu aroma, tu encanto,
en mi piel.
Al fin y al cabo
tu único defecto
fue aguantarme.
Y ya no lo tienes.
Perfect.
Como prometí,
cuando me faltaste morí.
Ahí comprendí
el sentido de la vida
y renací
cual fénix.
En definitiva,
se marchitó la flor,
le añadimos aditivos,
perdió pureza el amor.
Abrazamos el error
aprendimos los dos
lo veo
lo celebro
estoy contento.
Por mi parte,
al renacer sentí revivir
mi amor eterno,
el de verdad,
el que me quedé con ganas
de hacerte experimentar.
Ese que ya jamás
nunca será…
contigo.
Si no es por ti,
será por mí.
Si no es por mí,
será por ti.
Mientras yo sanaba
tú olvidabas.
Así de antagónicos
hemos sido siempre.
¿Pa’ qué más?
Si dejé de ser tu suerte
aunque siga viendo el 13.
No importa.
Pronto me será inerte.
Hoy por hoy solo deseo
nuestra felicidad.
La tuya.
La Mía.
Así.
Separada.
Como nos va mejor.
Al fin y al cabo
mi bendición es
escribir hamor.
Así, con H,
y no quiero nada más.
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