Empiezas a caminar, paso tras paso, despacio, no te fías, ves demasiadas grietas, muchas piedras por el camino. Pasos cortos, tu vista fija en los cordones de tus zapatos, te aseguras que están bien atados, sin fisuras, bastante tienes con no tropezar, es cosa tuya ¿o las piedras cada vez son más grandes? Empiezas a caminar más deprisa, tus pisadas ya no tiemblan, tu cuerpo se balancea al ritmo de tus pies, esas grietas que cortaban tu camino ya no parecen tan difíciles de saltar. Confías, tus pasos empiezan a convertirse en un ligero trote, te lo estas pasando bien, tu corazón vibra de otra manera, tus nervios se convierten en empuje, empiezas a notar como las piedras ya no son más que graba que resbala bajo tus suelas. ¿Estas corriendo? ¡¡Si!!, no hay grieta ni piedra en el camino que te pare, te sientes volar, todo eso que parecía difícil ahora te parece un efímero obstáculo… 

¡Cuidado! Esa piedra no la habías visto, ¡casi te caes!… y de repente, tras ese pequeño tropiezo, empiezas a oír un leve susurro, ¿Qué es eso? ¿Quién es?, la voz te quiere sonar, pero no terminas de ubicarla. Ya no es un susurro, la escuchas nítida, demasiado nítida. 

— ¿Por qué corres tan rápido? Te vas a caer —

— ¿No ves que no puedes? —

Tu ritmo empieza a cambiar, ya no sabes bien que pie va detrás del otro, notas como tu respiración empieza a fallar, te ahogas, el aire no quiere entrar en tus pulmones, las graba vuelve de nuevo poco a poco a convertirse en pequeñas piedras, las grietas vuelven a surcar como ramas el suelo por el que ya no corres, no puedes, te duelen los pies, empiezas a sentir calambres. Esa voz retumba concisa, sin descanso… — Ya te dije que no podías, ¿Por qué continuas? No vas a llegar, tan cerca y nunca lo alcanzarás—

Y de repente, reconoces la voz, esa maldita voz, la que siempre aparece, la que siempre está ahí. ¿Cómo no la vas a conocer? Eres tú, es tu maldita voz. Como siempre, boicoteándote en cada intento de superación, en cada momento de alegría, en cada momento clave.

Nunca habrá un mayor enemigo que tu mismo.