El bastón de Charles Chaplin

Al entrar al salón, me fijé en el bastón que compré hace unos meses en la tienda de antigüedades de la calle principal del encantador pueblecito. Recuerdo ese día como hoy mismo; contemplaba aquel bastón de la vitrina como algo especial.

_ Te gusta, ni siquiera lo pongo en duda! Mi mirada no necesitó de palabras. 

Nos conocemos desde hace ya, siempre que entras a la tienda echas un pequeño vistazo y luego acabas aquí pegada a la vitrina donde te pasas el resto del tiempo hasta que digo de cerrar. He atendido a unos cuantos clientes; que por cierto me hacían señas como preguntándose qué diantre te pasaba, yo con un gesto le resté importancia. Creo es hora de que te cuente la pequeña historia de ese bastón, el otro adorna  mi salón.

_ Por si es poco lo que me intriga, ¡ahora ya no puedo esperar! Por favor Harry, cuéntame!

Este soltó una corta carcajada.

_ Tranquila ya te explico! De esto ya hace bastante, era un chavalillo; pero lo recuerdo como si estuviera pasando hoy mismo. Por entonces era mi padre quien se ocupaba de la tienda; era casi la hora de cerrar cuando escuchamos la campanita de la puerta, papá comunicó al cliente que en breve cerraría; entonces aquel hombre tan sencillo pero a la vez enigmático ofreciéndonos una sonrisa se disculpó, diciendo que volvería por la mañana antes de partir hacia Suiza. Cuando mi padre clavó sus ojos en él, creyó estar soñando; entonces llegaron los saludos, los ofrecimientos para hacerle sentir cómodo y una larga conversación. Mi padre estaba pletórico, y yo qué más podía pedir; se ve que le caí en gracia, me tenía sentado en sus rodillas. Yo le sonreí expresándole cómo me hubiese gustado 

ser el, Harry me guiñó.

_ Llegó el momento de la despedida, el señor Chaplin tenía que madrugar, pero antes de irse echo un vistazo a la tienda comprando uno de nuestros souvenir en recuerdo; papá quiso regalárselo pero él se negó, Luego al ver los bastones de la vitrina le pidió si podía dejarlos para verlos con más detenimiento, papá se los entregó enseguida. Se los miró detenidamente apoyándose en ellos y caminando para darles el visto bueno, supongo. Al término de tan entretenida labor se los entregó a mi padre diciéndole que estaban muy logrados, que eran magníficos; de nuevo mi padre le ofreció un presente, el sin menospreciarlo le dijo que ya tenía uno, que seguro esos acabarían en muy buenas manos; dicho esto, mi padre lo devolvió a su sitio.

_ Y esto es todo! Luego llegó la emotiva despedida, como él bien dijo _ Hasta siempre! Esa es la única vez que vimos al señor Chaplin, bueno al menos en persona; aunque siempre lo llevo presente al igual que a mi padre. A mi madre ya sabes que no la conocí, murió dándome a luz. Yo lo abracé.

_ Bueno, bueno, dejémonos de sentimentalismo! Como bien dijo el señor Chaplin, los bastones acabarían en buenas manos. Uno lo tengo yo, y el otro no veo en qué mejores manos puedan estar más que en las tuyas, así pues te entrego este presente para que siempre nos recuerdes a los dos.

​Me puse tan contenta que no medí ni la fuerza ni el tiempo que tuve a Harry entre mis brazos, hasta que el pobre carraspeó unas cuantas veces.

_ Discúlpame, lo siento! ¡Es que me has hecho tan feliz! Mientras se componía un poco, me sonrió a la vez que me guiñaba. Fue una estupenda tarde …

Sábado, dieciséis de Abril; 16:00 de la tarde.

Sentada en mi butacón con un café recién hecho, encendí el televisor; ya pensaba que de no poner directamente alguna de las aplicaciones que me entraba por la compañía de móvil, pasaría la mayor  parte del tiempo pasando de un canal a otro.

Al mostrarse aquella primera imagen me sorprendí y casi me eché en cara por la pasión que le tengo, no haber puesto una película de él, desde hacía tiempo.

Mi retina parecía haberse dilatado nada más ver el título y el nombre del protagonista;

“ Tiempos modernos” Charles Chaplin; en ese mismo instante di gracias en voz alta.

Como cabía esperar estaba disfrutando la película con cada detalle y cada uno de sus gestos; ni exagero ni miento al decir que me sentía casi hechizada, me resultaba sorprendente, maravilloso.

En cuantas ocasiones habré pensado y dicho, que me gustaría haberlo conocido en persona; se que es  fruto de mi quimera, delirio de mis pensamientos; pero soy tan libre de dar alas a todo aquello que me hubiese gustado o ansiado hacer, que realmente en momentos me dejo llevar fantaseando con cualquiera de esas ilusiones.

Seguía disfrutando de la película; a medida que transcurría percibía una agradable sensación envolviéndome, no dejaba de sonreír y reír con la escena del restaurante, donde con bandeja en mano parecía bailar empujado por la multitud, ahora ensayando la canción que debía cantar a los comensales del restaurante y ya actuando se me caían las lágrimas de tanto reír. La agradable sensación iba en aumento; aquella especie de magia envolvente estaba creando en mi retina cierto descontrol, pues en la loca carrera de Chaplin por evitar ser capturado se aproximó a la cámara, dándole unos toquecitos me hizo un gesto con la mano para que me aproximarse; seguro deliraba , pero si solo me había tomado el café. Paré un instante la película par ir a refrescarme, al regresar y reanudarla, volvió a pasar; al levantarme de nuevo para repetir mi acción, me sorprendí al ver caer el bastón de Chaplin al suelo, al cogerlo y sin saber cómo, me vi  junto al televisor donde el me invitaba a seguirle; al poner la mano en la pantalla sentí una agradable sensación que me embriago de la cabeza a los pies, luego al tomar conciencia por el breve aturdimiento me vi junto a él por esa larga carretera; parándose me dibujó una sonrisa con su dedo, yo le sonreí mientras me embargaba aquella extraordinaria sensación. No tenía nada, pero por el hecho de caminar junto a él de la mano pensé que era la persona más afortunada del mundo.

P.D: Como él decía … La verdadera felicidad , la auténtica es simplemente una actitud. Una visión. Un modo desde el cual observar la vida, La felicidad está dentro de uno y debe cultivarse cada día.  Mi Querido y adorado Chaplin …

Un abrazo lectores. 

Un gran abrazo  

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