Unión de retazos

Hay ciertas sensaciones
que me cuesta extraer,
explicar y transformar
en palabras.

Las siento dentro
en lo más profundo
desde crío.

Incomprensión,
desarraigo,
melancolía.

Encajando golpes fuertes
con una sonrisa en la cara.

Padre alcohólico
que no dice nada.
Adolescente melancólico
que no dice nada.

Todo lo guarda,
todo lo esconde.

Total…
no hay quien le importe.

Autosabotaje interno.

«No merezco ser feliz»
Culpabilidad atronadora
en mis carnes…
eso es lo que siento.

En cada intento,
en cada intento,
en cada…

Me quedo quieto.

«🎶Volví a llegar tarde.
Otra vez.🎶«

Y no sé por qué, pero…
la vida ha dolido
desde que tengo memoria.

Me moría por dentro
buscando cariño externo
para silenciar el vacío.

Pensar hacía demasiado ruido.

Me encontré buscando lumbre
en medio de mis sombras
por pura supervivencia.

Y…

Encontré hogueras,
lugares seguros,
remansos de paz
donde sentarme a descansar.

Una vez incluso encontré un hogar.

Benditos abrazos.
Cómo me hicieron volar.

Pero…

El saboteador seguía ahí
y me dispuse a enfrentarlo.

Dejé todo.
All in.

Grandes riesgos,
grandes recompensas.

Y yo…
anhelaba ser feliz.

¿Balance?
Ganancia extraordinaria,
sin duda.

Tras años congelado,
en un gélido invierno.
Indiferente hacia el mundo,
apático e impávido.

Volver a sentir
es…
impagable.

Las pérdidas
son otro cantar.

Despedidas por ambos lados,
reencuentros, olvidos,
emociones, pasiones,
canciones y… decepciones.

Al menos hoy albergo
mi propio hogar conmigo.
Me siento en paz.

Pase lo que pase
en mi fuero interno
está escrito:

Todo es perfecto,
nada es casual.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: