Caigo al agua, me sumerjo rodeada de recuerdos, los oídos se ensordecen y siento paz en el pecho. Miro hacia arriba y un sol espléndido me ciega mientras se acerca una figura de sirena con pelo de medusa.
Eres tú, me miras fijamente, te miro, nos sonreímos, conectamos, somos casa, nos fundimos en un húmedo abrazo. Nos agarramos fuerte, como para no soltarnos.
Necesito coger aire aún sabiendo que de esa forma te perderé. Salgo a la superficie y ya no estás, solo queda tu recuerdo y la estela del agua que dejaste llena de burbujas en tu partida.
Quédate, es el único susurro que sale de mi boca.
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