Descúbreme,
permíteme que te acompañe en esta vida que es un baile,
sigue a este punto cardinal con mucha sed.
Y luego llámame desastre,
sin quererlo ni besarlo,
invítame a algún otro atardecer.
Abrazaré,
todas las bestias que viven en ti
buscándo algo que te haga reír.
Y si el adiós es nuestro nuevo mantra,
intentaré salvarme a mí.
Deja una respuesta