No sé cómo os llamáis ni quiénes sois. Jamás os he visto, pero confió que esta carta encuentre la forma de llegar hasta vosotros, al menos antes de que sea demasiado tarde. Probablemente para entonces no siga con vida. Ellos ya me han encontrado. No puedo verlos, pero noto cómo me observan desde afuera. Saben lo que he hecho y no van a dejarme ir, no pueden arriesgarse. Recurro a vosotros…, no, os suplico, pues aunque ya sea tarde para salvar mi alma, quizá podáis ayudarla a ella.
Deja una respuesta