Descansa, mi niña, descansa,
que el dolor puede esperar;
siempre va a estar ahí.
Duerme, mi niña, duerme.
Ojalá recuerdes cómo soñar.
Tranquila, mi niña, no me iré; yo no.
Descansa, mi niña, duerme, tranquila,
cierra los ojos, que esto no lo quieres ver.
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