Acostumbrado a las despedidas.
Siempre de paso,
nunca me quedo
por eso del desapego,
al tiempo…
vuelo.
Ese ha sido mi credo.
Acostumbrado a andar solo.
Independiente, libre,
sin contar con nadie,
manteniendo las distancias.
«Rancias relaciones sin sustancias.»
Puto Kase.
Siempre acierta y cala.
Extranjero en todo lugar
así me veo.
Mi mayor temor:
estancarme, quedarme quieto.
Consecuencia: así me quedo.
No avanzo
y encuentro desasosiego.
Exceso de desapego.
Forma parte del proceso,
ahora, al fin, entiendo
y siéndote sincero…
estoy harto de las despedidas.
Echar raíces no es tan malo.
Cierta seguridad y certeza
te equilibran cuando abunda
intranquilidad allí fuera,
inestabilidad interna.
Un hogar donde regresar.
Un lugar seguro.
Una hoguera de fuego
en un mundo hostil y hueco.
He aquí mi propósito.
Establecer mi remanso de paz,
donde descansar
cuando el mundo apriete.
¿Y quién sabe?
Quizás mano a mano
con una gran mujer
caminado a mi lado.
Así poner juntos
nuestros nombres
al membrete.
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