Escena I
Algo sucede…y
algo ha sucedido,
pero ahora no
quiero este paisaje.
Necesito un paisaje
sin armas.
(Cogió su pistola).
Necesito ruiseñores con
las alas abiertas,
que nada tiemble.
¡Oh tiniebla… huye!
Escena II
Entre cuatro paredes
hay una batalla de deseos e intenciones.
Todo es invisible.
Ojalá pudiera retener los primeros sentimientos
y guardarlos en un estuche de cipreses,
o en una caja dura como el acero.
El cielo esparce diamante de intensa luz, y de
seda para no arañar ni herir el alma.
En la hoguera de la ignorancia arde
el anzuelo de la apariencia.
Al menos me queda el soplo de la cúpula negra.
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