Un desamor reciente

¿Habré amado alguna vez?

A estas alturas de mi vida…
no estoy seguro.

¿Qué es el amor?
me pregunto.

Sentí pasión desbordante por una mujer,
sentí querer morirme cuando fui rechazado
y cuando fui herido
y cuando fui dejado.

Sentí traicionar mis principios
al engañar a una bella dama
y caí en picado
por romper
su inocencia
mirándola a la cara.

Sentí la soledad durante un largo tiempo después.

Sentí que Ilusión tocaba mi puerta otra vez…
para ser yo quien decepcionara
aunque sólo en apariencia
pues no mentía mi tez.

Había aprendido la lección.
Pero no pude evitar
ver la decepción
en su mirar.

Sentí a Soledad acompañándome durante años junto a Miedo.

Evitamos el dolor.
Dejamos de vivir.
Juntos…
comenzamos a subsistir.

Pasó el tiempo
Esperanza me miró.
Cupido nos flechó…
a destiempo.

Sentí como brotaba de mí una fuerza casi sobrehumana
la noche en que paseé
con ella sobre mis brazos
por Montjuic.

Recuerdo el «Quédate».
Recuerdo quedarme.

Recuerdo también cómo el karma
pocos días después
hizo de las suyas
y fui traicionado.

Otra vez.

Recuerdo cómo sentí ese ardor en el pecho.
El mismo que siento al recordar todo esto.

Recuerdo cómo Miedo y Soledad me aconsejaban,
pero no les escuché.

Recuerdo cómo pasaron 4 años de mi vida a su lado.

Y también…
Como la herida de mi corazón no sanó y la culpé a través de mis actos.

Fruto del desengaño.

Recuerdo cómo ella aguantó estoica.
Recuerdo cómo yo aguanté estoico.

Sin duda nos herimos
los dos
sin querer queriendo.
Queriéndonos.

¿Es eso el amor?

Sin duda,
lo más parecido
a lo descrito
por otros antes que yo.

Algo enfermizo.

Volví a sentir ese ardor,
la inquietud delirante
del que está desesperado
por una respuesta que no llega
por un amor que se va…
otra vez.

Sentí desesperanza.

Lo intenté.
Resultó.
Caminamos juntos un tiempo más.

Esta vez parecía funcionar.
Embobado cómo antes de empezar.

Otra traición sentida
que no cometida
desgarró mi corazón.
Así lo sentí.

Como vuelta a empezar.

Sentí hastío interior
mis delirios de mártir
comenzaron a surgir:

«Soy un poeta y para mí la primavera no existe.»

Marché de viaje a encontrarme
lo dejé todo, lo perdí todo.

Vacié mi vida de lo superfluo
de lo banal,
de lo carnal.

Encontré mucho.

Pero…
Me perdí el presente
y un futuro
que ya no será jamás.

Ahora siento atisbos de arrepentimiento,
pero pasará…
sé que lo hará.
sé que lo hará.

Mi pasado lo afirma.

Pero perdí un presente
por un futuro
olvidado
en el pasado.

Mi maldito afán delirante
de ser ese ser especial
de los cuentos de mi mente:
El poeta errante.

Lo sencillo que es ser feliz
y lo complejo que se me hace.

Todo está en mi cabeza.
Ese es el problema.

¿Cuándo fue que olvidé sentir?
Ni puta idea.

Como sea…
esta noche lo recordé.

Y joder…
como duele.

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