Guia, su mano, una idea
y donde pone el ojo pone la pluma
y traza la delgada línea que separa
la materia que forma el pensamiento
del pensamiento que se hace materia.
Ara los campos inmaculados
que siembra con semilla imaginada
y riega con el compartir generoso,
arrancando las malas lenguas
que parasitan en los brotes
que nacen de cada letra,
de cada palabra,
de cada frase.
Y así su fruto crece vigoroso
y alimenta la mente inquieta, la del curioso,
la del inconformista que recorre
el paisaje con la vista
hasta llegar al horizonte que da paso
a un nuevo paisaje,
luego otro,
y otros tantos más,
creando un singular mundo
al que sólo llegas volando.
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