-Mira tío ven, sígueme… -poc poc- ¡VES! No se puede pasar, pero no hay pared ni nada. ¡Y ahora sígueme a la otra entrada… -poc poc- Igual! ¡Por las alas de mi madre! ¡Estamos atrapadas por un muro invisible! -Dijo una mosca con cara de pánico.
-Jajaja. Cómo se nota que eres joven, ¿Qué tienes, dos o tres días de vida? -Respondió otra.
-¡Cuatro! -Dijo la primera, con aires de grandeza.
-Como éstas -Dijo la segunda, señalando a la nada con una pata- ya me he encontrado yo en mis innumerables vuelos unas cuantas veces. Son trampas invisibles que pone la naturaleza. Quizá sea una evolución de las arañas, que han empezado a crear telarañas invisibles. Nadie lo sabe, porque nadie ha sobrevivido a ello…
-¿Pero no dices que tú te has topado con unas cuantas ya? ¿En qué quedamos? -Dijo la primera, un poco mosca.
-Ah bueno eso… La sabiduría popular, ya sabes, puedes creerla o no. El día que una mosca se haga científica, que nos saque de dudas. -Dijo la segunda mientras frotaba sus patas traseras.
-¿Tu eres cojonera por parte de padre o algo no? -Dijo la primera, airadamente.
-No, pero que quieres que te diga. Tras 26 trepidantes jornadas, me quedan ya solo dos días de vida, y la vida, amiga mía, es para vivirla.
-Pero entonces, ¿sabemos salir de aquí o no? -Dijo la primera, con la mosca detrás de la oreja.
-Lo que voy a contarte, -Comenzó la otra- es un secreto transmitido en mi familia desde hace varias generaciones…
-Ya empezamos. -Dijo la primera, mosqueada de veras.
-Joe, es que le quitas toda la gracia. -Replicó la segunda- Realmente me lo contó a un moscardón, mientras intentábamos escapar de un gato que nos pilló en la cocina de su casa. Me dijo que el truco es volar hacia atrás y hacia un lado, siempre el mismo lado claro. Después, volver a intentar salir.
-A ver, que pruebe… -Dijo la primera aleteando ligeramente- Atrás a un lado y… -poc- -poc- Nada. No funciona.
-No siempre funciona a la primera. Imagina que no hay ninguna barrera. A veces me funciona.
-Si claro, y me leo algo de Paulo Coelho también ¿te estás riendo de mí, vieja mosca?
-¡Que no! -Dijo la segunda tomando carrerilla- Mira… -poc- Por ahí no, venga, ahora ATRÁS A UN LADO Y WEEEEEEeeeeee.. Ala, ya estoy al otro lado. ¡Ahivá, una caca de perro fresca! ¡Adiós y suerte, compañera!
-¡Pero espérame, hija de vinagre rancio! -poc-  NO -poc- NO -poc- ¡Nooooooo…!